martes, 17 de mayo de 2011

El coche de Larqué y el del PP. Incumpliendo la ley con chulería


En numerosas ocasiones el Sr. Larqué, candidato del PP y todavía alcalde de Zuera, aparca su vehículo según le indica su entrepierna. No sabemos si la Policía Local, a la que tanto le gusta utilizar para quitar pancartas del PSOE, le habra endosado alguna sanción de tráfico. Desde luego no es este el caso que les mostramos.


El amigo Larqué, el candidato Larqué, que muestra un celo escrupuloso para hacer cumplir las normas cuando se trata de los demás, se olvida de hacerlo cuando se trata de cumplirlas él.
 
¿Cuantas sanciones de tráfico ha firmado de su puño y letra?
 
Las fotografías muestran el vehículo del PP que utiliza estos días aparcado en diferentes días en el estacionamento prohibído frente al cuartel de la Policía Local. Que pedazo de autoridad tenemos en Zuera. Encima provocándoles.
 
En fin, esto es sólo una muestra del cinismo y la cara dura a la que nos tiene acostumbrados. A  los Altos de Jalisco no le descubre nada nuevo, al resto de ciudadanos de Zuera creemos que tampoco.

miércoles, 11 de mayo de 2011

¡Ojo, cuidado!. Larqué, uno, glande y libre.

El fin de semana ha sido verdaderamente intenso en Zuera, desde el punto de vista electoral. El viernes, visita y mitin con Marcelino Iglesias, excelente ánimo y sabor de boca, el que nos dejó. El domingo, fraternal comida con cientos de socialistas en el marco incomparable del Parque del Gállego y por la tarde, paseíllo entre veladores y mitin con la señora Rudi. En éste no pude estar, a pesar de que Ella, al pasar a nuestro lado, me miró.

Con todo y a pesar de los eventos y los grandes espadas que hemos tenido el gusto de recibir estos días, la figura estelar del fin de semana ha conseguido ser nuestro inefable alcalde, quien dejando brotar de sus adentros, sus más genuinas esencias, ordenó a la Policía Municipal y a Protección Civil , confiscar una pancarta de la PSOE, situada en lugar público, a la entrada del “estadio municipal de fútbol”. ¡Madre mía, qué tormento!

El Alcalde ordena quitar pancarta y la policía cumple las órdenes. El PSOE local denuncia el hecho ante La Junta electoral, que es el órgano que tiene la competencia para resolver este tipo de situaciones en periodo electoral, -y en ningún caso el alcalde-. El PSOE vuelve a colocar otras pancartas, sabiendo que la ley le ampara y porque se considera víctima de una cacicada y de un gesto de prepotencia absolutamente injustificado y fuera de lugar. Pero el culebrón continúa.

El alcalde vuelve a dar órdenes a la policía de retirar las pancartas que han sido colocadas en el mismo lugar que ocupara la “requisada”. Discurre el mediodía del domingo, hace un día espléndido y un número indeterminado de cientos de simpatizantes socialistas, degustan una muy sabrosa paella campestre en armoniosa y grata convivencia, de la que saldrán catapultados hacia las urnas. Ante tamaña concentración de “gentes de mal vivir” cercana al lugar de “autos” y ante el posible riesgo de incidentes que se manifiesta en la cabeza del alcalde, éste sugiere a la policía que pidan “refuerzos a la Guardia Civil”. Es decir, al las Fuerzas de Seguridad del Estado. Supongo que el Comandante de Puesto, como poco se vería sorprendido, y tal vez atónito, por la situación. El tema llega telefónicamente hasta la Delegación de Gobierno, desde donde queda sin efecto la abusiva orden del alcalde de retirar las pancartas. Todos quietos paraos.

Y claro, ahora viene el momento de la reflexión. Una vez que se sale de la perplejidad de la extravagancia y del sentimiento de impotencia que provoca, no la situación concreta, sino el hecho de tener que padecer de alcalde a una persona que no ha asimilado, después de más de 30 años las más elementales reglas y maneras de la democracia, la vergüenza ajena, el sentimiento municipal de ridículo. Después, cómo no, una cierta concesión al cabreo ante un comportamiento, que muchas personas – entre las cuales me encuentro- no han dudado en calificar de fascista o propias de un régimen tal.

En realidad no hemos descubierto nada nuevo de lo cual no estuviésemos al corriente. Sabemos de qué tipo de persona estamos hablando y aunque todo este pseudoculebrón acabé provocando la hilaridad de cualquiera que lo escuche, procede cortar de cuajo cualquier intento de tomarse a risa los hechos, porque estamos hablando de un individuo que concurre a las elecciones del próximo día 22, con la truculenta idea de continuar siendo nuestro alcalde. ¡Ojo, cuidao!