viernes, 15 de marzo de 2013

Casi me mato en la Plaza. ¡¡Bolea Dimisión!!

Veo que tras dos semanas de trabajo los albañiles del ayuntamiento han terminado de quitar losas y rebajar el piso de la zona de la calle Mayor que da a la plaza. El ruido me hace volver la cabeza hacia el otro lado: unos señores golpean las losas que hay junto al velador del bar La Plaza; por el material que llevan no van a ser una o dos. Me dirijo a tomar un café y al pasar por el centro, frente a la puerta de entrada del ayuntamiento, observo el escudo de la paloma colocado en el piso, roto y en parte hundido. Salgo del bar y me dirijo al estanco a comprar lo mío, evito las vallas de protección colocadas y entro en la calle San Pedro pensando en cómo terminará todo esto, en la energía y el dinero malgastado en una obra superflua, diseñada por un inútil y ejecutada de forma extravagante.

Al llegar al final del espacio elevado de la calle de San Pedro, no sé por qué, vuelvo de nuevo la cabeza: del ayuntamiento salen el amigo Bolea y el amigo Larqué. Van tranquilos, sosegados, yo diría que incluso satisfechos. No prestan atención a los señores que atizan, fracturan, escacharran y recogen restos de losas -puro granito- que irán euro a euro a la basura.

Pierdo el equilibro. He tropezado con el reborde de una losa mal colocada y me abalanzo hacia el automóvil aparcado en la esquina, casi frente al local del PSOE. Sí, me he golpeado ahí, en todos los gemelos del sur. Me tiento, siguen estando los dos.

Mecagüen la leche puta, encima el coche estaba mal aparcado. Y tengo dolores.... y no es en la espalda