jueves, 2 de mayo de 2013

PSOE y PP. ¿La misma mierda es?


Dos políticos no mayores de cuarenta años, pertenecientes cada uno de ellos a los partidos que representan, teóricamente, la izquierda y la derecha que han gobernado este país durante años, debaten en televisión sobre nuestros problemas. Responden desde sus respectivas posiciones ideológicas a las preguntas de un moderador.

Jóvenes, aunque ya no tanto, pertenecen a las nuevas generaciones que, supuestamente, están destinadas a tomar el relevo de los actuales elefantes blancos. La política ha sido y es su única actividad conocida porque, según su biografía, tras su afiliación y militancia juvenil en la correspondiente organización, han escalado puestos en el escalafón hasta llegar a su actual situación, en la que o bien tienen cargos orgánicos en sus partidos, o desempeñan responsabilidades políticas en alguna administración , ambas actividades remuneradas, o las dos cosas a la vez. Nunca, según sus currículos, han trabajado en una empresa. Nunca han sido profesionales independientes en una actividad productiva o se han ocupado en una administración fuera de la esfera política; es decir, nunca han trabajado en la vida real.

Responden, por tanto, al perfil de político profesional, que si alguna circunstancia adversa no tuerce, tendrá largo recorrido según los usos y costumbres de la vida política de este país.

Transmiten, cada uno a su manera, sus mensajes. Probablemente saben, o quizá no, que un acto es una forma de comunicación mucho más entendible que el mero mensaje verbal o gestual. Los ingleses, que son muy pragmáticos para todas estas cosas, tienen una frase definitiva “ No digas que hay que hacer; hazlo”.

Cuando se escucha desde esta perspectiva lo que estos sujetos dicen llama la atención su falta de coherencia. A estas alturas, pedir a la derecha congruencia sería de idiotas. Han mentido y siguen mintiendo tanto, es tan claro el divorcio existente entre lo que han dicho y dicen y los intereses que realmente defienden en la práctica cotidiana que sobran los comentarios.

Pero demandarla a la izquierda parece lo mínimo. Exigirle, al menos, que manifieste por medio de sus acciones lo que expresa mediante la jarana verborreica de sus representantes cuando tienen un micrófono delante parece obligado.

Ha sido necesaria la generación de un movimiento ciudadano anti-desahucios consistente para que esta izquierda empezara a preocuparse del asunto. No supo, o no quiso anticiparse cuando gobernaba, a la tragedia que afectaría más tarde a muchas familias. Y después, ya fuera del gobierno, su respuesta fue gradual: desde una aquiescencia indigna de un partido que se dice progresista con muchas decisiones de la derecha, siguiendo con la tibieza con que trataban el tema a medida que la marea de la PAH iba subiendo, hasta la última decisión de la Junta de Andalucía. Tanta vacilación y cambio en un asunto que exigía respuestas radicales desde su comienzo indica que el PSOE siempre ha ido al rebufo de la presión ciudadana .

Cuando se les oye, a ambos entrevistados, hablar de democracia el resultado es peor. Ahí el discurso es coincidente: “Hay que mejorarla“ “Es perfectible” “Hay que reforzar la Instituciones“ “Necesitamos que la gente participe”, hay que... hay que... etc., etc. Pueden discrepar en los matices, pero el discurso en el fondo es el mismo.

Bien. Todo el mundo está de acuerdo, hay que mejorarla. Y ¿cómo se hace eso desde un partido como el PSOE en cuya estructura interna el gen democrático está seriamente dañado?. Estos candidatos a liderarlo en el futuro ignoran que sin libertad de pensamiento no hay democracia que valga. O tal vez no lo desconocen, pero saben que expresarlo y defenderlo dentro de la organización, sobre todo si se es muy discrepante con el líder de turno, dificulta si es que no impide subir los peldaños de la escalera jerárquica. Hasta ahora ha primado la obediencia y la lealtad mal entendidas. Tal vez si hubieran sido leales con lo que sus votantes les encomendaron no estaría el partido descendiendo en barrena.

Sólo así se entiende por qué esta nueva hornada de políticos, que se supone debería ser extraordinariamente crítica con la forma de hacer política de sus actuales líderes nada dice ante despropósitos que, no por pertenecer un partido que se dice progresista y de izquierdas, son menos impúdicos.

Que el señor Presidente de la Junta de Andalucía, por muy presidente del PSOE que sea, no admita responsabilidad alguna en el asunto de los ERES, y digo responsabilidad no culpabilidad, y siga tan ricamente en el machito va contra el sentido común. Que el señor Caldera se entere por la prensa de las trapacerías de su segundo y su reacción sea su fumigación pero no acompañada de la propia auto fulminación da que pensar

Para ellos, o no existe la responsabilidad “in vigilando” o no saben qué implica o, sabiéndolo les trae el pairo.

La misma gravedad tiene que el secretario de organización desbarre por su actuación en el caso Ponferrada, y, aún aceptando el error, siga en el cargo.

Parece que el PSOE ha perdido hace mucho tiempo la brújula. Ocupados, los unos en mantener el poder orgánico en la cúpula, y los otros en subir la escarpada ladera que lleva a la cima, olvidan que allá arriba hay poco oxígeno y fácilmente la ideas se pudren. Más aún cuando lo que percibe el ciudadano de a pie es que sólo pretenden permanecer en lo más alto indefinidamente, transmutando la idea de poder como medio a poder como objetivo en sí mismo.

Qué diferencia con la derecha. Esta siempre ha entendido muy bien para qué quiere gobernar. Para aquellos que no lo sabían y le han dado sus votos supongo que ya habrán aprendido en sus propias carnes para qué y para quién ejerce el poder el PP en este país.

La izquierda, y por tanto el PSOE cuando era realmente izquierda, hace mucho por tanto, había interiorizado que “proceso y acción “ eran partes vitales de su política. Y que había que basar la acción en una VISION muy profunda del proceso (a esa "visión" más integral a veces se la conoce como IDEOLOGIA).

Sin una "visión" o "ideología" no hay modo de orientar, calificar explicar y hacer entender las acciones y sus objetivos. La misma acción, sin una IDEOLOGÍA que la soporte, hecha para un objetivo o para otro tiene alcances y significados diferentes.

Al tener como referencia a los actuales líderes socialistas eso es lo que no han aprendido muchos de estos nuevos dirigentes. Enclavados en una estructura fuertemente jerarquizada y bastante monolítica, han observado que las mejores virtudes para hacer carrera son la obediencia, entendida como lealtad ciega, y el acriticismo. Obsesionados con alcanzar mayores cotas de poder dentro de la organización, o simplemente mantenerse, han perdido todo contacto con la realidad porque ellos viven en otra muy distinta. Así es difícil, desde una experiencia vital real, enraizar en lo personal los fundamentos necesarios para una consistente posición ideológica.

No entienden que en estos tiempos tumultuosos y difíciles la coherencia es una cualidad indispensable. Pero coherente ¿con qué? y ¿con quién?...la respuesta: con las circunstancias de las personas a las que representan y con ellos mismos. (Sí, es más fácil decirlo que hacerlo).

Porque ser coherente implica que lo que debo hacer, lo que quiero hacer y lo que puedo hacer son manifestaciones de una conducta que, cual hitos, deben estar alineados en una línea recta. Lo que quiero y puedo hacer es algo relativo, dependiente de la voluntad y circunstancias en que se mueve una persona.

En contraposición, lo que debo hacer es un imperativo categórico que no es relativo. Depende de los valores, léase IDEOLOGÍA, internalizados por una persona. Deber hacer es inmutable en cualquier tiempo y circunstancia. Cuando aquella no existe, la obtención del poder, que siempre debería ir precedida de una idea clara del deber hacer, es decir, para qué se quiere ese poder, se convierte en el primer y único objetivo .

No estaría mal que este PSOE nos explicara a los de a pie qué es lo que quieren hacer para enfrentar la situación actual.

Tal vez cambiar y poner patas arriba el Senado, tal como el Sr. Lambán y su ejecutiva proponían hace poco, sea necesario. Pero antes de meterse en faenas que le superan, a él y a su ejecutiva, quizá sería más razonable que se dieran una vuelta por los pueblos para que, cara a cara con sus militantes y simpatizantes, entendieran de una vez que la realidad ciudadana va por un lado y su existencia y discurso va por otro.

Y mientras no lo hagan será difícil que comprendamos por qué cuando gobernaron no hicieron lo que debieron, por qué no pudieron hacer lo que quisieron, y si lo que finalmente realizaron era lo que realmente querían.

Y mientras esto no lo captemos va ser difícil que creamos que el PSOE es un partido que representa la izquierda de este país. Porque no hay izquierda sin valores ni ideología de izquierda. Para quien estuvo, esto quedó claro en la última charla sobre la Memoria Histórica recientemente celebrada en Zuera.

Félix

7 comentarios:

  1. Iba a empezar por por "poesía...y tú me lo preguntas?", pero me lo he pensado mejor y lo hago con un me alegro de que me haga usted esa pregunta. Interesante y confuso artículo con buena parte del cual venía sintonizando hasta que el autor se ha metido en un jardín en el cual no quiero entrar porque me puedo poner perdido, como el susodicho.

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  2. Félix, sos kantiano?

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  3. Interesante artículo. Me permito invitarle/es al acto que organiza las Juventudes Socialistas de Zuera el próximo sábado día 4, de 11:30 a 13:30 horas, en la sede del PSOE de Zuera (Calle San Pedro, 43)
    "Debate sobre el estado social de bienestar" con la participación de Susana Sumelzo, Diputada Socialista en el Congreso.
    Un saludo
    JUVENTUDES SOCIALISAS DE ZUERA

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  4. El señor Félix presupone que todos damos a las palabras el mismo significado y en un momento de confusión como el presente... visión, coherencia, ideología, valores, inmutable...jodo, jodo...Mucha palabra mayúscula en tan poco trozo. En lo que se entiende sí estoy de acuerdo, lo de los ERES, el Caldera y el visionario de Ponferrada. Me consta que el que quiere dimitir dimite. Vamos, que es posible.

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  5. He leído el artículo de referencia con más detenimiento y se me antoja que alguien pudiera considerar un tanto frívolo el primer comentario que realice, tras un vistazo inicial y más con el ánimo de agitar la página que de profundizar. Me parece un texto serio,reflexivo y muy bien trenzado en todo lo que yo considero parte más expositiva y que da en denunciar el apelmazamiento que sufre el Partido Socialista. Otra cosa son las consideraciones de carácter filosófico,que en línea con el comentario que precede al mío,considero muy determinantes o, dicho de otra forma,acordes o coherentes que diría el autor, con su particular idea del querer,el poder, el hacer y el imperativo categórico. Esa es la parte ajardinada a la que me refería y a la que sigo sin querer entrar, no me vayan a activar los aspersores.

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  6. Me he quedado, pasmado, nunca creía que en este blog publicarías una entrada tan acorde a mi opinión acerca del partido al que se es afín.

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    1. Si, somos partidarios de sentido común; y dentro del campo de la izquierda, pues ..... de la izquierda. Así que, crítica y autocritíca.
      Un saludo

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