martes, 21 de septiembre de 2010

Larqué o el miedo a gobernar

Uno de los símbolos del estado de ánimo en el que se encuentra sumida la gestión de lo público en Zuera es el deterioro, el abandono, del reloj de la plaza del nuevo Barrio de San Juan. Probablemente sea este el caso donde se evidencia como al sectarismo con el que los actuales inquilinos del gobierno municipal se sitúan ante cualquier actuación realizada por los anteriores gobiernos socialistas se une la falta de una visión de conjunto, integradora, del desarrollo político y social del municipio de Zuera.

En ningún momento, ni en la concepción, ni en el desarrollo del proyecto del Barrio de San Juan, ni en su complejo desarrollo administrativo, estuvo el Partido Popular, y el Sr. Larqué su portavoz en aquellos años, mostrando siquiera algo de simpatía por la obra. Es mas, habían apostado a que no saldría adelante. Con toda probabilidad, relacionar la complejidad técnica de la actuación, y la dificultad de unir intereses privados y públicos, con su incompetencia y su miedo escénico ante negociaciones con particulares e instituciones, les imposibilitó para entender que los proyectos transformadores de envergadura que parten en su concepción de un análisis correcto de las necesidades del municipio, una vez iniciada su andadura, llevan en su interior la dinámica del éxito.

Y lo mismo podríamos decir de su actitud ante otras iniciativas socialistas que podrían haber desarrollado en este mandato. La urbanización del nuevo Polígono los Huertos, tan necesaria desde el punto de vista del desarrollo industrial en el próximo futuro y del empleo en estos momentos, ha sido abandonada por la presión de algunos particulares y la falta de alternativas para su realización por parte de la actual Corporación. igualmente, la terminación del nuevo Colegio de Infantil y Primaria, cuya construcción se inició por iniciativa de los socialistas de Zuera, ha tenido que ser exigida en el primer caso al Ayuntamiento, y recordada su oportunidad, en el segundo, a la D.G.A por el Grupo Municipal Socialista dado el desinterés mostrado por Larqué y Nasarre.

Pero el sectarismo es en realidad síntoma. La enfermedad hay que buscarla primero en la falta de iniciativa y, segundo, en la ausencia de empuje político para afrontar proyectos que engarzados sean capaces de estructurar el Zuera del futuro. Falta de visión general del municipio, y miedo a gobernar para no perder el gobierno, es lo que constituye el núcleo programático de esta derecha sin criterio. Lo que viene después es su consecuencia: autoritarismo, intento de postergar a la oposición y realización de actuaciones sin asumir riesgo alguno.

Así, se entiende a la perfección el inicio exclusivo de obras de ornato; o de otras, como la de la Plaza de España, innecesaria en estos momentos, que debería desarrollarse al tiempo que una renovación integral del casco antiguo, del que ya hay realizado algún proyecto como el de la calle Mayor. Otras situaciones, como el vergonzoso problema del vandalismo, se abordan invitando a los ciudadanos a la delación, sin un plan para intentar modificar actitudes y haciendo dejación de la obligación del Ayuntamiento como conservador del patrimonio urbano común.

Recordarán, y si no pueden verlo en la fotografía del inicio de este blog, como el reloj instalado en la plaza de la Oceanografía constituía, junto a la pérgola y la propia plaza, uno de los hitos que invitan al encuentro entre los ciudadanos del nuevo barrio. La renuncia a su reparación, el abandono voluntario al que le han sometido, es el de los valores de buen gobierno, progreso y bienestar que representa.

El reloj de Zuera Sur es la imagen que sintetiza estos cuatro años de gobierno de la derecha, mostrando la confusión política, la orfandad de ideas, la vacuidad y la negligencia con la que esta Corporación ha acometido la gestión del común.


Segundos fuera.

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