El virus de la modorra, congénito en el PP, empieza a contaminar los cerebros de la oposición

USTED NO SE LO CREE PERO EL VIRUS DE LA MODORRA, CONGÉNITO EN NUESTRO GOBIERNO PEPERO, EMPIEZA A CONTAMINAR LOS CEREBROS DE LA OPOSICIÓN

Queridos, aunque hipotéticos, lectores:

En un exceso de atrevimiento escribo estas líneas, y otras que si a ustedes no molestan vendrán, que someto a su escrutinio. No las juzguen mal. Si acaso valórenlas como un simple divertimento, como otra forma de hablar de lo mismo. Y si no quieren no las lean. Nada perderán por ello.

Están dedicadas a analizar la crisis desde el punto de vista de un fulano de aquí que la sufre, como casi todos, a ras de tierra, con escasos conocimientos de economía , incapaz, por tanto de usar la maldita jerga que los entendidos , economistas, políticos , tertulianos y demás ralea utilizan para ocultar la verdadera naturaleza de las cosas.

Doy por supuesto que, en relación con este asunto, no habrá lectores desavisados. Todos saben, o sufren ,el lío en el que estamos metidos. Por tanto es sencillo comenzar con este tema.

No obstante , les advierto que, a pesar de ello, no será fácil. Entre otras razones , porque las conclusiones a las que se llega repugnan a la razón y son desagradables de aceptar. Sin embargo, mientras no superemos nuestra actual fase de simple aceptación del “problema “, (más adelante entenderán por qué entrecomillo) e intentemos tomar las riendas de esta situación no podremos empezar a poner los medios para solucionarlo.

De mí poco puedo decir. Que no soy un experto, que mi formación es bastante magra , no más allá de la que me proporciona mi enteco sentido común, y que sufro las apreturas como todo quisque. Por tanto, como comprenderán , mi opinión vale poco, desde luego menos que la suya Puede considerarse una opinión irrelevante.

Para empezar les diré que esta mañana comentando todo esto con un vecino, aquí en Zuera , me decía que yo tenía una impresión muy negativa, catastrofista, de la situación

Yo creo que nada más lejos de la realidad. También creo que para entender un problema se ha de querer escuchar, cosa difícil, porque estamos educados, casi diría adoctrinados, para evitar todos aquellos mensajes que nos resultan desagradables.

Una idea, completamente falsa, que deriva de nuestro paradigma educativo, y paradójicamente extendida en este país que por tradición tiene una asentada cultura del fatalismo, es la de que con esfuerzo, sacrificio, apreturas, ingenio y buena voluntad nuestro problema económico puede resolverse. Y este es el discurso político monocorde (que sólo piensa en volver a la senda del crecimiento económico como única vía de resolver esta crisis) que nos lanzan día sí y día también esta caterva de políticos torpes, lerdos y mendaces , aliados con un sistema financiero insaciable.

Lo han aprendido en las películas de Hollywood y las sitcoms americanas (donde los protagonistas resuelven cualquier situación por crítica que llegue a ser con grandes dosis de ingenio y de arrojo).

De ahí han sacado nuestros talentosos dirigentes el dichoso paradigma de problem solving: nuestra cultura es que podemos y debemos resolver cuantos problemas se nos plantean.

Desgraciadamente, no todos los problemas se pueden resolver, simplemente porque hay problemas insolubles. Y si no prueben a obtener un número impar a partir de la suma de dos números impares, cualesquiera que estos sean. ¿ No pueden? Claro que no. No hay solución. Les he hecho trampa. Les he planteado un problema sin solución porque, en sí, en su enunciado es profundamente contradictorio.

Cuanto antes lo admitamos todos, cuanto antes lo entendamos todos, mejor nos irá. Porque el primer paso para poder resolver esta crisis es comprender que tenemos que cambiar el planteamiento, cambiar el problema para que esté bien planteado, para que tenga una solución. Porque sí que puede haber una solución, pero esta pasa, indefectiblemente, por cambiar el planteamiento.

¿Saben ustedes lo que significa la palabra BAU? Es el acrónimo de Bussines As Usual, o lo que es lo mismo , en cristiano , hacer negocios como de costumbre .

BAU significa que el conjunto de actividades que se desarrollan en una sociedad , gestión de la administración económica, comercial, financiera etc., siguen su curso normal, su cotidiano quehacer. Originalmente se usaba para recalcar que se continuaba operando normalmente después de una dificultad (un incendio, un accidente), pero con el tiempo se ha usado para simplemente decir "estado normal de los negocios". Tanto es así que es normal que cuando se diseñan escenarios de prospectiva uno de los escenarios se denomine BAU, lo que en este contexto quiere decir: "continuando con las tendencias actuales", y este escenario se suele tomar como la referencia respecto a la cual mejorar o no empeorar.

A estas alturas ustedes pensarán que el que esto escribe está majara. Pues no. Porque, cuando se oye a estos portentos que nos gobiernan decir que todas las medidas adoptadas , y las pendientes de aplicar, son necesarias, que es preciso pasar este infierno para en el futuro retomar la vía del crecimiento económico, crear empleo y bla, bla, bla, están simplemente diciendo, que todo es inevitable para, en el porvenir, volver a hacer las cosas como siempre. Es decir, para cuando llegue la ansiada recuperación económica hacer las cosas según el BAU.

Y ese es el guión de nuestros políticos Como poderes tradicionales que son intentan buscar soluciones tradicionales, en buena medida por su incapacidad para reconocer que el verdadero meollo de este asunto es un planteamiento de imposible solución.

Para nuestra desgracia esta actitud es transversal a toda la clase política . Impregna por igual las neuronas de Rajoy que las de Bolea o Larqué . Y no se equivoquen, no es asunto reducible a lo meramente ideológico. Porque las neuronas de Rubalcaba y compañía, aunque con una orientación doctrinal distinta, están igualmente contaminadas. Enfrascados en las cifras macro, primas de riesgo, Ibex, bonus y demás zarandajas, piensan que tienen el mundo en la cabeza y, en realidad, la tienen completamente hueca. Al menos totalmente yerma en cuanto a las ideas a aplicar a los nuevos tiempos que vienen.

Claro, la tienen ocupada en ganar, como sea, las próximas elecciones para sobrevivir hasta la jubilación. Todo lo demás, les suena a música celestial.

¿Quieren ejemplos?. Hay muchos y cercanos. Parémonos aquí, en casa. En este municipio hay bastantes problemas. Paro elevado, déficit de presupuestos municipales en vías de cronificarse, presupuestos que no se cumplen y se aprueban cuando al alcalde se le ocurre, subvenciones a asociaciones que se aprueban un día y se desaprueban al siguiente, una residencia que se cae a pedazos, al igual que obras y otras actuaciones, una estructura municipal caótica y disparatada,.follones con Ontinar , un sin dios, vamos.

¿Ustedes creen que estos fenómenos que aquí tenemos se están devanado los sesos para, por ejemplo, ver la manera de tratar de enjugar el déficit municipal sin recurrir al BAU, es decir a lo de siempre, a subir impuestos?. A mí me parece que no. Prefieren enredarse en chorradas como la de la bandera. Sin embargo, dejo a su criterio la respuesta.

Si ustedes tienen paciencia y me aguantan, otro día les diré por qué creo que haciendo lo mismo obtendremos los resultados de siempre. Y que sólo conseguiremos algo distinto haciendo las cosas de forma diferente. Esta brillante idea no es mía. Ya lo dijo Einstein hace muchos años.

Ahora bien, la pregunta del millón, lo que realmente interesa, ya centrándonos en este municipio, que es lo más próximo que tenemos, es ¿Creen ustedes que los alcaldes ( dos) y oposición de este municipio, como representantes más próximos de la clase política que conocemos, tienen su pensamiento estructurado y orientado para afrontar y poner remedio, dentro de su campo de acción, a problemas que exigen una formulación y planteamiento radicalmente distinto?

¿O, son ustedes de los convencidos de que responden al tipo de poder tradicional y, por tanto, harán la cosas como siempre, o sea con criterio BAU?.

Si piensan lo primero, podemos tener alguna esperanza. Si lo segundo, a cerrar la persiana. Porque, de lo que digamos los de abajo, o los que nos representan, dependerá lo que hagan los de arriba.

Félix