miércoles, 24 de noviembre de 2010

El PP y los rumanos de Zuera

En un alarde de desprecio a la libertad de opción a la que los ciudadanos tienen derecho en los procesos electorales, y de instrumentación de la autonomía de las organizaciones sociales, en el caso que nos ocupa de inmigrantes rumanos, el PP de Zuera con su candidato Larqué a la cabeza ha organizado una asociación con el único fin de reclutar votos de trabajadores de esa nacionalidad a su candidatura para las próximas municipales.

El Partido que si es preciso no le hace ascos a vincular inmigración con inseguridad; el que en la campaña electoral catalana ha realizado vídeos y juegos de internet asociando trabajadores extranjeros –sobre todo rumanos- y problemas sociales, con el único objetivo de fomentar el miedo, utilizando la inmigración como moneda de cambio electoral, promociona aquí, en Zuera, una asociación cuyo domicilio social esta en su sede de la calle El Salz.

¿Qué ofrece el PP a esas personas? Mejor dicho, ¿que ofrece Dª Iona Mª Harastasan, presidenta de la asociación, a los compatriotas que apunta en una lista en su bar de la calle Mayor si votan, claro, a la candidatura del Sr. Larqué: trabajo, fiestas populares, un sobre con una felicitación navideña? Primero, desde luego, prepararles la documentación necesaria para que puedan aparecer en el padrón electoral y puedan votar, después ya se verá.

Alguien debería informar al conjunto de nuestros vecinos rumanos o de otras nacionalidades de la Unión que su derecho al voto: libre, igual, directo y secreto, está protegido por la Constitución española y el resto de las leyes de la Unión Europea. No necesitan intermediarios para ejercerlo, ni deben aceptar presión alguna de organizaciones creadas específicamente para ello o para controlarles política y socialmente.

Los rumanos que viven en nuestro municipio son ciudadanos europeos y vecinos de Zuera. Tienen los mismos derechos que los nacionales españoles, a votar o no, a asociarse o no. También todas las obligaciones que eso implica.

Cuidado. La raya que separa la legalidad del delito electoral puede ser tenue. La que lo hace de la vergüenza a la desvergüenza ya se ha traspasado, y lo ha hecho el PP de Zuera a la búsqueda de un voto que cree fácil por desinformado.

Veremos cuanto tardan en echarles la culpa hasta de la muerte de Kennedy.

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