lunes, 1 de noviembre de 2010

Recuérdalo tú, recuérdalo a otros.

“En el verano de mil novecientos treinta y seis, miles de conciudadanos nuestros fueron asesinados calculada y alevosamente por fuerzas militares y auxiliares en Zaragoza por el sólo motivo de tener una actividad política, sindical o ciudadana…”. Así comenzaba el texto de la moción aprobada por unanimidad el 29 de septiembre de 2009 por el Ayuntamiento de Zaragoza en el que se urgía al gobierno del municipio a construir un Memorial que recordara a los más de 3.000 republicanos, de la ciudad y de pueblos cercanos, ejecutados en las tapias de su cementerio.

Un año después, el pasado 27 de octubre, se realizaba un sencillo acto institucional con el que, al inaugurar en el Cementerio de Torrero de Zaragoza el Memorial a las Víctimas de la Guerra Civil y la Postguerra, se reconocía, como dice en un Bando el Alcalde de Zaragoza, “la deuda moral de reconocimiento y homenaje a todas aquellas personas que murieron sin otra razón que pertenecer al bando republicano y que habían sido condenadas a la pena adicional del olvido y del anonimato”

Realizado por Miguel Ángel Arrudi y Fernando Bayo, el Memorial es el primero de estas características que se levanta en España. Intenta individualizar a cada una de las víctimas de la represión colocando alrededor de una escultura central una espiral de 3.500 metros en el que se ha plantado un pequeño poste con una placa mediante la cual se identifica a cada una de los asesinados con su nombre, su edad y la fecha de su fusilamiento.

El trabajo de investigación que ha hecho posible identificar a la mayoría de las 3.452 fallecidos fue realizado por historiadores de la Universidad de Zaragoza encabezados por Julián Casanova y es parte una obra que recuerda a las 9.000 víctimas que hubo en Aragón. Los represaliados, de Zaragoza y de 322 pueblos y ciudades del resto de Aragón, fueron fusilados en las tapias del cementerio, en Valdespartera y en las orillas del canal, siendo sepultados en varias fosas comunes abiertas sin que quedase constancia de su identidad y, por tanto, de la posibilidad de que sus familiares pudieran conocer su paradero. Así, ha sido imposible identificar a 600 de ellos a los que se ha colocado en la placa la leyenda “Hombre” o “Mujer”

Ante cientos de familiares, realizaron la apertura del Memorial el Alcalde, Juan Alberto Belloch y representantes de todos los grupos políticos de la corporación zaragozana; el Presidente de la Diputación General de Aragón, Marcelino Iglesias y varios de sus Consejeros; el Presidente de la Diputación Provincial Zaragoza, Javier Lambán, y numerosos alcaldes de Zaragoza, entre los que no se encontraba el de Zuera; y una representación de los familiares encabezada por uno de los hijos de D. Manuel Pérez Lizano que fue Alcalde de la ciudad entre 1932 y 1933, fusilado junto con otros concejales, y por Joan Manuel Serrat que cuenta con varios familiares entre las víctimas homenajeadas.

Contad, uno, dos, tres......, dijo Serrat, así se entiende mejor la magnitud de la barbarie.

También había entre los ejecutados vecinos de Zuera. Parte de los miembros de la comisión enviada a Zaragoza por el Ayuntamiento para informarse de la situación que creaba la sublevación militar, entre los que se encontraba Antonio Seral Villar, que había sido Alcalde republicano de la localidad, y la mayoría de los que en sucesivas oleadas fueron detenidos y encarcelados en la prisión provincial.

Aunque la publicación del libro “Rueda Rueda Palomera” en 2008 documenta las fechas en que 42 republicanos de Zuera fueron fusilados en Zaragoza, con la investigación realizada por Julián Casanova en 2001, que ha servido para la realización del Memorial, solo se pudo identificar a 11 de ellos, por lo que el resto está entre los 600 que queda por establecer su identidad.

Ha sido este un acto de justicia que hay que completar: Con palabras de Marcelino Iglesias “Todos debemos alegrarnos de que frente a la enfermedad del olvido, Zaragoza y su Ayuntamiento aporte a este Memorial total unanimidad”, y añadió que la memoria de las 3.542 víctimas “nos emplaza a hacer realidad día a día la promesa de paz y libertad de nuestra democracia.

Porque todavía quedan cientos de fosas en Aragón. En dos de ellas, o en lo que queda de ellas, las de Villanueva de Gállego y San Mateo de Gállego, están, o estaban, los restos de decenas de desaparecidos zufarienses. Hay que seguir.





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