Decíamos en la primera entrega que un Ayuntamiento no puede elaborar sus presupuestos como le venga en gana. Su contenido legal, su estructura, los documentos y los informes que lo integran, deben, en su conjunto y cada uno de ellos, ser congruentes con la legislación establecida en cada caso.
Su contenido es el que marca el RD 500/1990 y su estructura la que indica la Orden de 1989, y no otras. No puede formar el presupuesto un concejal sino que tiene que ser el alcalde. No puede informar el arquitecto sino el interventor. Así sucesivamente.
Y cada uno de los actores que intervienen debe tener el nombramiento adecuado.
Ahí vamos. Estos presupuestos se han aprobado inicialmente a mediados de junio de este año. Los de 2009 se aprobaron definitivamente a finales de este mismo mes. Los de 2008 a mediados de junio. En todos ellos, sus contenidos, su falta de rigor económico y político, el incumplimiento de todo lo referido a las partidas de inversiones, tan necesarias para luchar contra el desempleo, hacía de esos documentos papel mojado como elementos dinamizadores de la economía municipal. Daba igual que se aprobaran en junio o en septiembre. De hecho se podrían haber aprobado en el mes de enero y nada habría cambiado, aunque así, al menos, Larqué habría cumplido una de sus promesas electorales .
¿Qué tiene de particular el presupuesto de 2010?.
¿Cuál ha sido la causa de la elección de esa fecha, el 17 de junio, para su sorprendente aprobación?.
¿Por qué una mala copia de los presupuestos anteriores no se han aprobado antes o después?.
¿Y la elección del horario, las 9 de la mañana, para convocar el Pleno, a qué responde?.
No lo sabemos. Pero realizadas ya las preguntas, vamos a intentar dar la respuesta que ofrecen los hechos conocidos.
Será en la próxima entrega.
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